LA RECOMPENSA DEL SACRIFICIO
Nunca está todo tan oscuro como justo antes de amanecer. No hay una frase que recoja de forma igual la recompensa del sacrificio. Porque es así, siempre, siempre se materializa el trabajo realizado. Muchas veces podemos pensar que no. Que no hemos conseguido nada, ni lo vamos a conseguir.
Esto no es así, la recompensa siempre llega, más pronto o más tarde, pero llega. Lo que ocurre muchas veces es que esperamos recoger estos premios a la primera, y esto no siempre ocurre de esta manera. En muchas ocasiones la vida se propone enseñarte a base de golpes, desengaños y sufrimiento. Pero todas estas situaciones, que forman parte de la vida diaria, son las que aportan una mayor enseñanza a las personas y configuran su carácter y su capacidad de sobreponerse a la adversidad.
En esta época que vivimos, parece que todo tiene que ser gratis, que todo lo merecemos por el simple hecho de haber nacido. Cuando las cosas no son así se protesta y se piden explicaciones. Pero la vida no transcurre de esta forma, las situaciones que vas viviendo son las que dan profundidad a tu yo, y cuanto más difíciles, complicadas y dolorosas, más se aprende de ellas y se consigue un mayor conocimiento personal.
Esto se puede aplicar a todos los ámbitos y etapas de la vida. El haber cultivado un carácter luchador, inconformista, voluntarioso, decidido y optimista, es de las cosas más importantes que uno debe tratar de conseguir en su vida. Porque es esto lo que le permitirá enfrentarse con posibilidades de éxito a los momentos complicados que aparecen siempre en la vida.
Sin duda que una de las situaciones más difíciles que uno debe encajar es la aparición de una discapacidad, que nos obligue a una dura tarea de rehabilitación e incluso a precisar la ayuda de un cuidador.
Desde luego que las cosas hay que encajarlas como vienen, es fundamental no compadecerse de uno mismo y saber que la única forma de mejorar en esta situación es mirar a la desgracia directamente a los ojos, ser consciente que estos momentos forman parte de la vida y a partir de ahí apoyarnos en la fuerza de voluntad, entereza para aceptar la situación y optimismo en la búsqueda de la mejoría. Esta actitud será el mejor antídoto ante la desesperanza, la tristeza y el abatimiento que una coyuntura de este tipo puede generar.
La dedicación, el sacrificio y la voluntad por mejorar, irán consiguiendo que tanto a nivel físico como mental se vaya asumiendo esta nueva situación y se sea capaz de obtener progresos en el tratamiento.
En esos momentos de pesimismo, tristeza y derrota, pensémoslo; nunca se ve todo tan oscuro como justo antes de amanecer.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!