TODO VOLUNTAD…

La otra noche viendo la televisión después de cenar, en un conocido programa de entretenimiento, apareció una persona que atrajo de modo inmediato mi atención. Se trataba de un hombre, egipcio creo recordar, que se dedicaba a jugar, profesionalmente, al tenis de mesa y había ganado diversas competiciones en esta modalidad.

Hasta aquí nada de especial, pero lo que sí era especial es que a raíz de un accidente había perdido los dos brazos, seccionados a la altura de los hombros y para sostener la pala de ping-pong utilizaba la boca. Demostraba una habilidad pasmosa, logrando que el verle jugar se transformase en una escena hipnótica de la que no podías apartar la mirada, con una mezcla de sorpresa y admiración, sobre todo esto último.

Estuvo haciendo una serie de demostraciones, jugando con los invitados e incluso con el campeón de España, en un alarde de técnica y destreza.

En uno de los momentos de descanso uno de los invitados al programa le hizo la siguiente pregunta: “¿Cuándo eras mejor jugando, antes o ahora?”, a lo que el deportista le respondió: “Antes no había jugado nunca”. Estas historias de superación personal son las que son capaces de sorprenderme de una forma más potente. “Antes no había jugado nunca”; no serían suficiente las dificultades que debió encarar tras el accidente, que además de superar todo eso se decidió por empezar a practicar un deporte que requiere tanta habilidad manual como el tenis de mesa, pero todo ello no sólo sin manos sino que también sin brazos.

Es entonces cuando te da por pensar que cualidades especiales debe reunir una persona para lograr hacer algo como eso, porque visto desde mi perspectiva son acciones propias de un súper-hombre. Alguien que decide superar la discapacidad que le ha producido un desgraciado accidente, pero no sólo desde el punto de vista de lograr una autonomía personal si no también de llegar a conseguir éxitos especiales en la ejecución de un deporte de habilidad.

Es la voluntad, el poder y la fuerza de la voluntad, que cuando ya crees que no vas a poder más, aparece y te impulsa a continuar, el poder de la mente que te obliga a no decaer y a seguir y seguir.

Me pareció un pasaje del programa sumamente educativo y del que todos podríamos extraer una serie de conclusiones que nos ayudarían a encarar nuestras dificultades, seguro que de mucha menos entidad que las que debió encarar en su día y todos los días esta persona, que desde luego cuenta con toda mi admiración por lo que ha sido capaz de lograr.

¡¡¡Bravo Campeón!!!

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