ACCESIBILIDAD UNIVERSAL
Cuando uno medita sobre el tema de la accesibilidad percibe que en la sociedad actual no se tiene como algo fundamental, sino que se valora cuando alguien de nuestro entorno padece un problema de movilidad que le dificulta el desenvolverse en su entorno urbano tal y como éste está planteado.
Debemos partir de la premisa que a la hora de proyectar se deben crear ambientes físicos accesibles para todas las personas, sea la que sea su situación, porque nos movemos sobre la base de la igualdad de derechos, libertades y oportunidades para todas las personas.
La accesibilidad se debe asociar de manera natural con la eliminación de las barreras físicas que en muchas ocasiones dificultan el acceso de los entornos urbanos arquitectónicos a las personas discapacitadas. Y sin duda esta percepción no puede venir únicamente de la normativa correspondiente, sino que se debe llegar a ella por el convencimiento que debe proporcionar una educación sensibilizada con el tema. Aspecto en el que lamentándolo mucho de momento estamos muy, pero que muy verdes.
Se debe avanzar desde la concepción parcial de la eliminación de barreras arquitectónicas a englobarla en un concepto general que considere a la persona y a su entorno como un todo, se deben plantear soluciones hábiles para todos y que no señalen de manera diferenciada a los ciudadanos según sus discapacidades.
Uno de los objetivos de la cultura y el progreso debe ser intentar conseguir una sociedad en la que todos los ciudadanos puedan desenvolverse de una manera autónoma y en completa libertad. Y es aquí donde esta palabra, libertad, puede llegar a tener su expresión más elevada.
El Diseño Universal no tiene, o no debe tener límites. Hay que pensar en ciudades y edificios diseñados y construidos para que todas las personas puedan hacer uso de ellos sin restricciones. La accesibilidad no debe ser un añadido a posteriori para legalizar el proyecto sino que debe trasladarse al proceso mismo del diseño como un requerimiento más al que ajustarse.
Sin duda la mejor accesibilidad será siempre la que no se percibe, la que funciona de forma lógica, y esto ocurrirá cuando no se actúe contra barreras arquitectónicas como una estrategia a la contra, sino que la accesibilidad fluya de una forma natural a lo largo del desarrollo del proyecto.
Tampoco cabe duda de que éste es un proceso largo, que pienso que en estos momento no está sino comenzando, pero al menos supone un avance el que se vaya teniendo presente y el que las personas cada vez estén más sensibilizadas con el tema.
Tampoco tiene que suponer un mayor coste económico, durante la fase de ejecución de la obra, si se ha planteado desde el principio como una premisa de diseño. Sin embargo habitualmente sí que lo supone si se actúa para resolver los problemas de accesibilidad que se generan cuando no se tiene en cuenta todo esto durante la fase de creación.
Por tanto, junto con la normativa y las sanciones, educación y sensibilización para conseguir esa Accesibilidad Universal que pretendemos.
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