DISCAPACIDAD EN MOVIMIENTO

En épocas no muy lejanas todavía se pensaba que las personas discapacitadas no podían ni debían moverse y que lo importante era estar pendiente de sus más mínimas necesidades para procurarles el acceso a ellas.

Afortunadamente este concepto se ha superado y hoy en día se tiene la certeza de que, así como es fundamental el ejercicio físico para las personas que mantienen intactas sus capacidades, también lo es para las que no las tienen.

Con una discapacidad física hay que ejercitarse de manera permanente y constante, manteniendo un nivel de actividad medio similar a las personas sin discapacidad, siempre con el objetivo de lograr y disfrutar de una mayor independencia.

En esta línea se trabaja la rehabilitación para las disfuncionalidades físicas, desarrollando la autonomía personal potenciando el funcionamiento del cuerpo. El ejercicio físico es absolutamente necesario para conseguir mantenerse en constante movimiento, ejercitando los músculos para intentar tener una mejor calidad de vida.

Pero esto no es algo exclusivo de este colectivo, todos sabemos de los beneficios del deporte y de llevar un estilo de vida activo, siempre, a cualquier edad, con el objetivo de tener un modo de vida saludable y conservar el peso idóneo y la salud en las mejores condiciones posibles.

Pero si esto ya es difícil con la generalidad de la población, es lógico pensar que esta actividad física en personas discapacitadas es algo complicado de mantener, sobre todo cuando nos encontramos en la primera fase de asimilación de la situación.

Pero una vez superado este estado inicial se debe estructurar una rutina deportiva para conseguir la máxima autonomía en la vida diaria y no estar constantemente dependiendo de la ayuda de terceras personas. Esta actividad deportiva también es una forma de mejorar la salud mental puesto que te ayuda a socializar, formando parte de un grupo y no aislándote.

Evitar la atrofia física y mental, manteniendo el reto diario de ir consiguiendo cosas que en un principio parecían imposibles, incorporando el principio de “más rápido, más fuerte y más lejos” a la consecución de los objetivos marcados y siendo conscientes de que toda mejora que se consiga en el plano físico va a tener repercusiones en la vida cotidiana ya que va a permitir el hacer cosas que antes sólo se podían desear.

En este sentido, es preciso visualizar la recompensa del sacrificio y saber que todo esfuerzo realizado va a redundar en el propio beneficio.

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