MOTIVACIÓN Y PERSEVERANCIA

Todos somos conscientes de la importancia de la formación y la educación, en el desarrollo social de la persona y a lo largo del siglo XX también se ha ido institucionalizando el concepto, de que la práctica de deportes es parte fundamental de esta educación y esta formación, que tiene como finalidad la integración social de las personas.

Este aspecto está claro, pero hasta hace bien poco no hemos sido conscientes de que esto que consideramos tan importante para la población en general, había que considerarlo también para todas las personas que padecen una discapacidad.

Sin duda que la evolución del deporte, para las personas con alguna disfuncionalidad física, ha sido uno de los acontecimientos sociales más importantes del siglo XX. A lo largo de este siglo y principalmente en las últimas décadas del mismo, es cuando se ha tomado conciencia definitiva de que si es importante para la población en general, tanto o más aún para las personas discapacitadas.

Es vital y fundamental, para poder estimular y potenciar al máximo sus capacidades y así poder compensar, en la medida de lo posible, sus discapacidades y poder desenvolverse de la mejor manera en su entorno y en su vida diaria, en la búsqueda de su mayor autonomía personal.

El deporte considerado como rehabilitación, pero también como una terapia agradable, estimulante y tremendamente eficaz, de enorme importancia para el desarrollo personal y social de las personas discapacitadas. Constituyéndose en una gran ayuda para el reconocimiento y la integración de estas personas.

Todos los que lo practicamos, de forma habitual, sabemos que la motivación es lo que configura el hábito que te permite perseverar, pero que todo este proceso está marcado intensamente por el espíritu de superación; por llegar más lejos, más rápido y en mejores condiciones y creo que en esto estaremos todos de acuerdo, que si existe un colectivo que dispone de mayores dosis de motivación y de afán de superación éste es sin duda el de las personas que padecen disfuncionalidades físicas.

Por tanto, apoyemos el deporte para discapacitados, reconozcamos su importancia como elemento integrador y como herramienta para mejorar su autonomía personal.

Eliminemos los sentimientos compasivos y paternalistas y la terminología peyorativa que, muchas veces, acompaña los eventos deportivos de este tipo y que ha servido para acuñar un vocabulario, tan inapropiado, como el que define a los atletas discapacitados que participan en competiciones olímpicas como “atletas paralímpicos”, definición,  bajo mi punto de vista, muy mal escogida.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *