DEPORTE ESPECIAL

En los últimos tiempos se ha producido una evolución muy importante en el campo del deporte para discapacitados. Los Juegos Paralímpicos se han equiparado en muchos aspectos a los Juegos Olímpicos y, aunque con ciertas diferencias, cuentan ya con una importante difusión a través de los medios.

Con todo ello se busca la consecución de un fin, que es la integración en la sociedad que el deporte les aporta.

Aunque, para ello, se deberían eliminar aún más las distancias; como podría ser la unificación de los deportistas discapacitados con el resto de deportistas en el deporte de base. Este hecho ayudaría a la incorporación verdadera de las personas discapacitadas en la sociedad, buscando su normalización.

Es evidente que la motricidad es parte esencial de la vida de cualquier sujeto, es a partir del movimiento que el niño aprende, se conoce y establece contacto con las personas y cosas que le rodean. Y como parte fundamental del cultivo de esa motricidad se integra la práctica del deporte para cualquier persona y en especial para la discapacitada.

No hay duda sobre el beneficio de la práctica del deporte.

  1. Desarrollo de potencia muscular y resistencia a la fatiga.
  2. Mejor funcionamiento de las funciones vitales, especialmente la respiratoria, cardiovascular y renal.
  3. Desarrollo del sentimiento de autoestima y el ajuste emocional.
  4. Incremento del validismo, que es la capacidad de valerse por sí mismo.
  5. Contribución a la socialización, desarrolla los sentimientos de pertenencia al grupo.
  6. Contribución a mejorar el soporte esquelético, evitando complicaciones como la descalcificación y la osteoporosis.
  7. Eliminación de la depresión y la ansiedad.
  8. Incremento de la participación del discapacitado en la actividades de su comunidad.
  9. Contribución a una mejor comprensión de las personas no discapacitadas sobre el problema que la discapacidad representa y la potencialidad de los afectados para integrarse socialmente.

La práctica de deportes forma parte del tratamiento, el tratamiento está en preservar la calidad de vida, en garantizar que la persona pueda disfrutar de su derecho a la vida, pero no sólo en el concepto de estar vivo, sino en el de la participación social. No se debe olvidar que la esencia de cualquier ejercicio está en devolver al individuo a la actividad social, incluso a pesar de tener secuelas invalidantes permanentes, lo que se logra con un plan de entrenamiento o un programa de rehabilitación asequible a su discapacidad.

El deporte y la calidad de vida son aspectos inseparables en el caso del discapacitado, ambos implican el disfrute, la participación colectiva y en esencia su mejor rendimiento funcional e integración social.

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