ARQUITECTURA PARA TODOS

¿ Alguna vez se ha preguntado cómo sería su vida si tuviera que empezar a desplazarse en una silla de ruedas ?. Entonces seguramente se daría cuenta de la cantidad de inconvenientes que aparecen a su paso en forma de barreras arquitectónicas. No sólo las habituales sino también las ocasionales, en forma de vehículos u otros obstáculos situados en las rampas para uso de personas discapacitadas.

El entorno urbano es el espacio que rodea nuestros edificios y en la mayor parte de los casos constituye un volumen mucho mayor que el construido. Este es el plano horizontal, el plano pisable, y permite tantas posibilidades de tratamiento que una solución acertada supone la funcionalidad o no del espacio al que sirve.

Este entorno conforma el urbanismo que constituye el volumen donde nos relacionamos y más aún en nuestra cultura, donde se potencian las relaciones sociales en el exterior de las viviendas.

El proceso de eliminación de obstáculos y barreras arquitectónicas dentro de la búsqueda de la Accesibilidad Universal es lo que nos permitirá incorporar al mayor número de personas al uso y disfrute de este espacio, ya sea como comunicación entre edificios o como zona de carácter social.

La calidad de vida se incrementará si se mejora la accesibilidad de todas las personas, ya sean ciegos, usuarios de silla de ruedas o con alguna otra discapacidad. Pero la accesibilidad no precisa de la coartada de las personas discapacitadas. Cuando verdaderamente la Accesibilidad Universal sea una realidad, no existirán las barreras físicas. Las ciudades en general habrán alcanzado un funcionamiento mejor para todos.

Todo esto permitirá que las personas con limitaciones puedan disfrutar de las mismas oportunidades que el resto de ciudadanos. Es la puerta que da paso a los aspectos fundamentales en la vida de una persona: educación, trabajo y relaciones sociales, impidiendo que se produzcan marginaciones y haciendo posible que el individuo lleve a cabo, como proceso natural, su inserción en la sociedad.

Vivimos una época que fomenta el individualismo, que no hay que confundir con la insolidaridad, y también las personas que no cuentan con el ciento por ciento de sus recursos físicos tienen derecho a valerse por sí mismas.

En el momento actual no se puede hablar de un desconocimiento del problema, pero sí que se puede decir que la influencia negativa que generan las barreras arquitectónicas, en el proceso de integración social de las personas discapacitadas, se debe a que aún se sigan proyectando y construyendo edificaciones discriminatorias, realizando una arquitectura y un urbanismo que tristemente no es para todos.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *